jueves, 12 de junio de 2008

Los ocho sutras o pasos del Yoga


Estas 8 etapas del Raja-Yoga son la base y primer aspecto a tener en cuenta por todo principiante. Estos 8 pasos, sólo a través de la práctica constante y el desapasionamiento, es decir, de la no identificación con el cuerpo físico y la propia mente, te llevarán gradualmente al contacto con la verdadera realidad (el Ser) que está más allá de todos los falsos aspectos.

Los 8 pasos básicos del RAJA-YOGA son:

1º YAMA o restricciones. Este primer paso busca preparar moralmente al principiante (pureza moral), puesto que, si la mente no se purifica, será muy difícil alcanzar las siguientes etapas. Está dividido en cinco puntos que son, en realidad, reglas morales cuya finalidad es la liberación del principiante.

a) Ahimsa: No dañar, no herir, no violencia, no matar.
El yogui no debe ser nunca violento, debe cultivar la paz interior y exterior, la armonía y equilibrio en todo momento.

b) Satya: Veracidad en la palabra, pensamiento y obra. No mentir.
El yogui debe ser auténtico, no ser jamás falso. Como se puede leer en el MAHANIRVANA-TANTRA: “Ninguna virtud es más excelente que la veracidad, ningún pecado es mayor que la mentira”.

c) Asteya: No robar.
No cumplir esto sería no cumplir Ahimsa y ello produciría dolor. Se debe entender no solamente el no robar cosas materiales, sino usurpar a los demás sus bienes mentales o morales (ideas, proyectos...)

d) Aparigraha: No codiciar. No aceptar regalos. No ser ambicioso.
El yogui debe procurar controlar el deseo de posesión y el apego a las cosas materiales que le impedirían seguir avanzando.

e) Brahmachrya: Castidad. Abstención sexual.
Este punto, no comprendido en occidente, no significa considerar el acto sexual como algo malo o bajo, sino utilizar la poderosa energía sexual sublimándola y dirigiéndola hacia fines elevados y altruistas. Consiste más bien en mantener la mente libre de toda idea erótica, pero nunca reprimir el acto sexual, sino controlarlo, dominarlo, sublimarlo, hacer de él un acto trascendental más que un acto animal o instintivo.

No es una condición del Yoga el renunciar por completo a todo contacto físico, sino más bien ser moderado en su uso. Un hombre que está lleno de pasión y de toda clase de deseos fantásticos apenas puede concentrarse en cualquier tema u objeto por un segundo. Su mente estará saltando como un mono.

2º NIYAMA. Observancias o autodisciplinas.
Bajo este vocablo se enseña un conjunto de normas encaminadas a la purificación interna y externa del principiante, buscando destruir o sublimar su naturaleza inferior. Todas ellas tienden a ofrecer paz y armonía y a purificar la mente del practicante, eliminando el deseo, la ira, la codicia y otras tareas, potenciando sus cualidades positivas. Consta también de cinco puntos o reglas morales o autodisciplina.

a) Saucha: Pureza externa o interna.
Mantener cuerpo y mente sano y equilibrados. Practicar la higiene física y mental. Mantener limpio y en orden el medio en el que uno se desenvuelve: hogar, vestuario... Mantener la mente libre de pensamientos nocivos, destructivos o negativos e impuros.

b) Santocha: Contentamiento. Optimismo. Alegría.
Conformarse con lo que se tiene, no esperar nada de nadie, ser autosuficiente y eliminar los estados anímicos destructivos, como tristeza, depresión, melancolía, amargura. Evitar los sentimientos o deseos negativos y conseguir liberarse del egoísmo, el apego, etc...

c) Tapas Austeridad. Severidad. Autocontrol.
Para desarrollar y fortalecer la voluntad, el yogui se entrega a prácticas de autodominio sobre sus pensamientos, palabras, tendencias. Practica el ayuno como medio de controlar sus necesidades. Practica silencio absoluto durante algún tiempo. Permanece sentado erecto durante un tiempo determinado.

No se debe confundir la austeridad con otras prácticas de autotortura que realizan los denominados fakires u otros, ya que éstos no tienen nada que ver con los fines que enseña y persigue el Yoga. Esta Ciencia nunca aconseja la mortificación o penitencia corporal, al contrario, aconseja cuidad el cuerpo como una joya muy preciada por ser el vehículo del Ser. La austeridad es en realidad un actitud interior de renuncia a algo que cuesta renunciar, pero siempre dentro de una ética y raciocinio. No es un fin en sí mismo, sino un medio para que el Yo prevalezca y gobierne sobre la mente, el cuerpo y las emociones.

d) Swadhyaya: Estudio de las escrituras y textos sagrados. Autoestudio. Busca el estudio de las escrituras sagradas y su recitación oral o meditativa. Busca la Verdad dentro de uno mismo por medio de la concentración mental.

Es, en realidad, el estudio de uno mismo, el cumplir con el antiguo adagio “conócete a ti mismo”. Es buscar la verdad interior, de la vida de Dios, en todas las filosofías, religiones, santos y medios disponibles convirtiéndose en un ser universalista cuya meta es contemplar y experimentar la Verdad. En este apartado, son herramientas del Yogui, la introspección, la autoobservación, la meditación y el autoanálisis como medios de AUTOCONOCIMIENTO.

e) Ishvara Prahnidhana : Adoración o devoción constante al Señor.
Busca ofrecer todos los actos a Dios, como el Karma-Yoga, viviendo constantemente en mantener la conciencia de la Presencia Divina en la mente en todo momento. Es, en realidad, la práctica principal del Bhakti-Yogui. Mediante la entrega a la divinidad sobreviene el SAMADHI.

Textos vedánticos posteriores ofrecen otras reglas complementarias:
● ASTIKYA: Realismo ● DANA: Libertad ● HRI: Modestia
● MATI: Consideración ● JAPA: Recitado ● VRATA: Lealtad
● SIDDHANTA-SRAVANA: Escuchar la verdad establecida.

3º ASANA o postura.
La ejecución de la postura (de meditación, loto o padmasana) tiene la finalidad esencial de mantenerse sentado totalmente erecto e inmóvil para conseguir la perfecta circulación de la energía vital (prana) a través de la columna vertebral y alcanzar un cambio mental positivo mediante el cual realizar el trabajo interior. En realidad, las demás asanas tienen como meta llevar al practicante a poder mantener una postura de meditación con comodidad durante el tiempo deseado, convirtiéndose así tal asana en la base o pilar de todo trabajo interno.

Por supuesto que la practica regular de asanas transformaran su cuerpo con una gran flexibilidad y con incalculables beneficios para la vida.

Aquí cabe señalar que son muchas las culturas de la antigüedad que utilizaban tales posturas como algo primordial en su vida: hindúes, egipcios, mayas, indios americanos, chinos, etc...

4º PRANAYAMA o recto control del aliento.
Técnicas respiratorias para el “control de la energía o fuerza vital”. Su función es altamente energética al regular la respiración y entre otros aspectos, desarrollar dominio sobre la mente y conciencia.

5º PRATYAHARA o control mental y sensorial.
Es la práctica de separar la mente de los sentidos, el obtener el perfecto control sobre ellos, abstrayéndolos y alcanzando la INSTROSPECCIÓN MENTAL.

6º DHARANA o concentración.
Es la técnica básica del Raja-Yoga. Se trata de enfocar o fijar la mente en un solo punto sin dar paso a ningún otro pensamiento, para permitir la manifestación directa del Yo.

7º DHYANA o meditación.
Es el resultado de la práctica prolongada y profunda de la concentración anterior, mantenido por mucho más tiempo (Dharana). Es experimentar directamente aquello en lo que se medita. Su finalidad última es conseguir el cese de todo pensamiento, logrando así, la unión del pensamiento ininterrumpido con la Mente Divina o Dios.

8º SAMADHI o contemplación. Supraconciencia o éxtasis.
Es el estado superconsciente al que se va llegando después de haber pasado por los anteriores. Es un estado sublime indescifrable e inexplicable con palabras. Está más allá de la capacidad de comprensión, descripción o entendimiento de la mente puesto que trasciende toda causa, espacio y tiempo. Constituye la meta primaria de toda existencia, de todos los seres que evolucionan en el universo infinito. Es un estado de conciencia de la vida, de Dios, del Todo indescriptible.

Realmente, es imposible trasmitir plenamente la naturaleza de esta condición que trasciende toda experiencia cotidiana. Algunos Maestros lo definen como “la fusión completa del sujeto y el objeto, desapareciendo el espacio-tiempo y entrando en un estado de paz y bienaventuranza que sobrepasa toda comprensión”.

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